Cuba, la experiencia del «All included»

Voy a ir publicando más dibujos antiguos. Aquí unos cuantos de un viaje a La habana y a la costa cubana. Triste viaje, mucha pobreza y muchas historias de engaños para poder sobrevivir.

Cubana

Esta bella mujer se hacía fotos con los turistas por una pequeña propina. Y abajo, una mujer dibujada en su aspecto más real en las playas de Varadero. Curiosa experiencia el «All included» de este localidad. Bebedores profesionales habitan los hoteles. Gordos americanos que llevan envases llenos de cocteles o cervezas dentro de las piscinas, para no perder ni un segundo de consumismo en un país que no tiene para consumir. Me llevé una maleta normal, con ropa, y me la dejé prácticamente toda allí, regalada con pena a las pobres camareras de hotel.

Cuba gorda

Fuimos a ver uno de los muchos bares de los que era asiduo Hemingway, «El Floridita«

 

El aeroparque de Buenos Aires, horas de espera.

Vista de aburrimiento total del aeroparque de Buenos Aires. Cada vez que hemos volado desde este aeropuerto nos han hecho esperar un par de horas, o resulta que no había transfer y nos desviaban a Ezeiza, o tenían problemas con los aviones, etc. Un desastre simplemente.

Este es el último sketch del viaje a Argentina. Tengo 4 o 5 más a medias, y que algún día los terminaré, pero por el momento estoy absorta en otro proyecto.

La comida de Uruguay

Al igual que en Argentina, la comida típica de Urugay es el asado. Según los argentinos, nosotros cortamos la vaca en cuadraditos (cita textual de Nacho Fernández). Como ya estaba un poquito cansada de tanta carne, en Colonia buscamos restaurantes con otras alternativas. Cenamos en dos sitios espectaculares, Viejo Barrio, junto a la iglesia más antigua de Sud America, y en Mesón Casa Grande, donde nos dieron un magnífico pescado del Río de la Plata.

Justo en el dibujo se ve la plaza donde está este mesón, tranquila y muy romántica al anochecer.

Colonia de Sacramento, la joya de Uruguay.

Sigo publicando dibujos de nuestro viaje. Desde Buenos Aires, tomamos un ferry rápido hasta la ciudad de Colonia de Sacramento, una de las primeras colonias españolas, y posteriormente portuguesas, donde aún quedan muchas casas criollas. Es patrimonio de la humanidad, y verdaderamente un remanso de paz y belleza. Hay algunos pequeños museos que muestran la historia del lugar, y te deja claro lo extremadamente afortunados que somos de haber nacido en este siglo. Las desigualdades entre razas o sexos, la pobreza, las enfermedades y las injusticias sociales quedan tan bien reflejados que me fui muy triste de este lugar.

La ciudad está llena de coches antiguos que pensaba abandonados, y que adornan las calles. Después vi que muchos de ellos funcionaban, supongo que la pobreza del país hace no poder distinguir entre antigüedades o pura necesidad de usar lo que hay.